Día 10, Marzo 15

“De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. –Lucas 23.43

 Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo:

—Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. Mateo 16:2-4

Si usted fue como la mayoría de los niños, cuando era pequeño estaba muy bien familiarizado con cómo se veía el mundo bocabajo; ya fuera mientras colgaba del pasamanos, cuando se sentaba con la cabeza colgando en el sofá de la sala, o cuando su padre o un hermano mayor lo alzaba por los tobillos. Esta perspectiva invertida le dio un nuevo punto de vista a través del cual podía ver lo trivial y lo cotidiano del mundo a su alrededor.

Del mismo modo, la naturaleza invertida del Reino de Dios voltea nuestro punto de vista para poder ver lo mundano y cotidiano que nos rodea a través de una perspectiva celestial. Timothy Keller escribe: “La marca de lo que te hace cristiano es una reversión de los valores. Apreciamos las cosas que el mundo considera sin valor.” Los valores del Reino de Dios corren en contra de los valores de este mundo, pero vivir dentro de esta perspectiva invertida no es automático. ¿En qué áreas de tu vida sigues siendo cautivo de la perspectiva del mundo?

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