“Mujer, he ahí tu hijo…. He ahí tu madre. –Juan 19:26–27
Cada domingo durante esta temporada, dese permiso para reflexionar sobre todo lo que Dios le ha estado hablando a través de su palabra durante la semana anterior. Usando un salmo como el punto focal, aparte tiempo extendido con Dios para simplemente escuchar las maneras en que él está hablando y moviéndose en usted. El objetivo de esta pausa del sábado es permitir el espacio para el descanso, la meditación y para poner atención a su alma.
Salmos 2
¿Por qué se sublevan las naciones,
y en vano conspiran los pueblos?
Los reyes de la tierra se rebelan;
los gobernantes se confabulan contra el Señor
y contra su ungido.
Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas!
¡Librémonos de su yugo!»El rey de los cielos se ríe;
el Señor se burla de ellos.
En su enojo los reprende,
en su furor los intimida y dice:
«He establecido a mi rey
sobre Sión, mi santo monte».Yo proclamaré el decreto del Señor:
«Tú eres mi hijo», me ha dicho;
«hoy mismo te he engendrado.
Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones;
¡tuyos serán los confines de la tierra!
Las gobernarás con puño de hierro;
las harás pedazos como a vasijas de barro».Ustedes, los reyes, sean prudentes;
déjense enseñar, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor;
con temblor ríndanle alabanza.
Bésenle los pies, no sea que se enoje
y sean ustedes destruidos en el camino,
pues su ira se inflama de repente.¡Dichosos los que en él buscan refugio!